La violencia contra las mujeres constituye una de las más graves vulneraciones de derechos fundamentales, es estructural, está naturalizada e invisibilizada.

Es la expresión más cruel de la discriminación, de la situación de desigualdad y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres.

Por eso trabajamos intensamente los 365 días del año para afianzar políticas públicas encaminadas a erradicar las violencias machistas y para acabar con todas las desigualdades; con los suelos pegajosos, los techos de cristal y con el injusto reparto de riqueza, tiempo y cuidados. (Irene Montero)

Hoy comenzamos #16DíasdeActivismo

Recoreremos, con Celia Amorós, sus Memoriales de Agravios, que centra en el periodo anterior a la Ilustración.

#Día16

Memoriales de Agravios

La Penélope de Isabel Rodríguez habla de las mujeres que ha habido y hay en nuestro planeta, extraordinariamente hábiles e inteligentes. De sus tejidos que, por abstracción, es posible extraer diferentes conceptos geométricos, de sus nudos, de los números conmensurables e inconmensurables.

Penélope

No creáis mi historia:
los hombres la forjaron
para que el sacro fuego de inventados hogares
no se apagara nunca en femeniles lámparas.

No creáis mi historia
Ni yo esperaba a Ulises
Tantas Troyas y mares y distancias y olvidos…,
ni mi urdimbre de tela
desurdida de noche
se trenzaba en su nombre.

Mi tela era mi escudo,
no del honor de Ulises,
no de la insomne espera
del ya más extranjero
que los lejanos príncipes que acechaban mi tálamo.

Y si el arco de Ulises
esperaba su brazo,
es porque yo al arquero
sólo desdén profeso,
y nada me interesan sus símbolos de pureza:
sus espadas, sus arcos,
sus tremolantes cascos
y las espesas sangres
de su inútil combate.

No creáis en mi historia
Cuando volvió el ausente
me encontró defendiendo con mi ingeniosa urdimbre
mi derecho inviolable al tálamo vacío,
a la paz de mis noches,
al buscado silencio:
la soledad es un lujo que los dioses envidian.