El caso de Santiago Maldonado y la «verdad» de Macri

El caso de Santiago Maldonado y la «verdad» de Macri
El caso de Santiago Maldonado y la «verdad» de Macri

El caso de Santiago Maldonado y la «verdad» de Macri

La desaparición del joven durante una protesta recuerda a la sociedad argentina su pasado más oscuro

Buenos Aires/ por Martín Velasco Bertolotto

En el último Foro para la Construcción de una Mayoría Popular celebrado en Buenos Aires, Íñigo Errejón explicó que “hay siempre una parte de verdad en el adversario que queremos combatir”. “No existe algo así como la falsa conciencia, falsos intereses; gente que tiene unos intereses pero vota por otros. Existen proyectos, horizontes, objetivos o identidades que son capaces de fundar mayorías que giran el rumbo de los países en un sentido u en otro”.

Tomando su exposición como referencia podemos reflexionar sobre cuál es la verdad de Macri, presidente de Argentina y sobre todo cómo combatirla habida cuenta de las últimas 31 detenciones en la manifestación autoconvocada a favor de la aparición con vida de Santiago Maldonado. El joven desaparecido en democracia desde el 1 de Agosto en Chubut en la represión realizada por Gendarmería Nacional -el equivalente a la Guardia Civil española- contra los reclamos de los mapuches de la zona.

¿Cuál es la verdad del presidente de Argentina?

Todas las promesas electorales de Macri se mantienen incumplidas y sin embargo, a juzgar por sus resultados electorales, lejos de espantar a su electorado pareciera haberlo afianzado. ¿Cómo consigue mantener su proyecto vivo a pesar de los acontecimientos?

Su estilo de gobierno quedó claro desde el primer mes con devaluación, ajustes y represión que no ha sido arbitraria: Se han castigado violentamente los reclamos sociales, culturales, políticos y territoriales. En los discursos oficiales se ha estigmatizado al adversario con definiciones como “choriplaneros” o “grasa militante” y han hecho del discurso contra la corrupción su bandera, ellos que tienen cuentas en Panamá.

En cuanto a los reclamos históricos han dado varios bandazos. Miembros de su gobierno negaron que hubiera habido un plan sistemático para desaparecer personas en la última dictadura cívico-militar y cuestionaron la cifra de los 30.000 desaparecidos. El impacto social de esas declaraciones desembocaron en el desplazamiento del Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires a un puesto en el extranjero. El propio Macri evitó pronunciarse al respecto. El tema resulta demasiado sensible para un país que aún reclama juicio y castigo para los genocidas y llegó a paralizar la ley que podría haber significado la libertad de genocidas (conocida como el 2×1). La memoria histórica ha sido el principal Talón de Aquiles del proyecto macrista.

Una mujer pasea en Buenos Aires frente a los carteles pidiendo la aparición de Santiago Maldonado.

Por ello la desaparición de Santiago Maldonado está significando una enorme crisis de gobierno. La consigna “¿Dónde está Santiago Maldonado?” persigue a sus miembros a donde vayan en plena campaña electoral, pone de relieve su falta de tacto para gestionar ciertos asuntos y muestra para una parte de la sociedad la verdadera hilacha de sus componentes. De momento la única acción que podemos verificar que ha realizado el gobierno es la de ascender la recompensa por él de 500.000 pesos (24.000€) a 2 millones de pesos (96.000 €), un aumento del 400% de la cifra original.

Balas de plomo

La masiva convocatoria por su aparición con vida del 1 de Septiembre culminó con 31 presos que fueron aislados durante 3 días y liberados sin cargos: No se pudo demostrar que estuvieran en el lugar de los incidentes ocurridos durante la manifestación consistentes en lanzamiento de piedras y desórdenes públicos.

De todos los presos, la policía fue incapaz de detener a ninguna persona que hubiera participado de los disturbios. Sólo periodistas, manifestantes pacíficos y transeúntes que salían de su trabajo y -como en los peores tiempos- fueron vejados, maltratados y amenazados durante su detención. Siendo trasladados, uno de los oficiales les pidió que se identificaran, y ante la negativa les espetó «empiecen a contestar o van a ser los siguientes desaparecidos».

El plan parecía ser detener al máximo número de personas posibles para demostrar a la opinión pública que se están llevando a cabo políticas de mano dura y mandar un mensaje claro a la sociedad: este gobierno no está dispuesto a tolerar protestas.

Los reclamos por la aparición de Santiago Maldonado fueron ignorados por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que descartó desde el principio que la Gendarmería estuviera relacionada con su desaparición, llegó a culpar a la familia de Santiago y reveló la identidad de un testigo protegido que declaró en contra de la Gendarmería.

Ha trascendido que Pablo Nocetti estuvo en el territorio durante la represión, a 1200 kms de distancia de su despacho. Cuando le pidieron explicaciones en el Senado de la Nación, Patricia Bullrich dijo que él simplemente “estaba de paso”. Nocetti fue abogado defensor de represores de la dictadura cívico-militar y actual número dos de la Ministra de Seguridad.

En definitiva, a pesar de que un miembro del gobierno nacional «pasaba por ahí», la Gendarmería no se contuvo de reprimir violentamente con balas de plomo a los mapuches que protestaban contra la toma de tierras, ni mucho menos pudo evitar la desaparición forzada de Santiago Maldonado.

Es preocupante que se ha convocado una marcha para el 16 de septiembre en apoyo del presidente, coincidiendo con la Noche de los Lápices y el derrocamiento de Perón. Es como si en España se convocara una marcha a favor de Rajoy el 20-N.

«Algo habrá hecho»

Como también lo es ver a los medios de comunicación oficialistas sembrar todo tipo de información falsa sobre Santiago Maldonado como que es terrorista, fugitivo o que en realidad lo mataron los mapuches. Y la última: que es karateka. Todo con la intención de embarrar y darle a la sociedad la idea de que “el gobierno no fue pero igual se lo merecía”. Así y todo, parece que la causa se va aclarando y va apuntando inevitablemente a la Gendarmería.

Es posible que visto el clima social en plena campaña electoral la única salida a esta crisis sea la dimisión/desplazamiento de la Ministra de Seguridad… o la aparición de Santiago Maldonado. ¿Pero qué va a pasar con las detenciones arbitrarias? El macrismo parece tener una sola estrategia para defender “su parte de verdad” y es mediante el uso de la fuerza, pero… ¿su proyecto ha alcanzado su límite con la desaparición de Santiago Maldonado o lo ha expandido? Lo sabremos el 22 de Octubre.


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